sábado, 11 de octubre de 2008

MALOS DESEOS















Tomado de los posibles capitulos de la posible novela de Jorge M. Sarmientoperez Villarreal.


La Mala Conciencia.

Mi madre se murió en abril, antes de tiempo. Aunque para nosotros-de una u otra forma- esto no significó más que un paso deseado después de una larga espera.
Siempre he pensado que las personas esperan su muerte. La imaginan, tratando de adivinar cómo será; y así pasan gran parte de su vida pensando en esos instantes venideros. Pero a pesar de eso es poco lo que el sujeto del común prepara para los momentos finales, siempre aplazando a cada momento, centrados en los deseos y placeres que nos ofrece ésta vida. Pero no es de ellos de los que les quiero hablar, sino de mí y de mi madre. De esa mujer a la que quisiera olvidar y de la que estoy seguro es lo que pretenden muchos de aquellos que la conocieron en vida o ya muerta. Porque mi madre era de esos seres que jamás pudieron inspirar buenos sentimientos o cualquiera que fuesen socialmente aceptados. En cambio, lo único que inspiraba era asco, desesperación, ganas de huir de ella lo más pronto posible. Y no exagero en mis afirmaciones, pues quienes tuvieron la mala suerte de cruzarse con ella en su camino así lo sienten.
Aunque todavía no sé bien por qué he de hablar de mi madre, a la que nos vimos apegado por la una promesa hecha a último momento, hecha sin pesar en sus consecuencias y de la que me arrepiento inmensamente. Creo que debo hablar por conveniencia propia, porque es la única forma de deshacerme del poco o mucho rescoldo de malos sentimientos y deseos que me acompañan. O sólo lo debo hacer por no tener nada mejor en qué gastar mi tiempo dentro de éstas cuatro paredes. Aunque hasta cierto punto no sirve de nada, pues a los locos no nos sirve recordar; porque estoy loco, o al menos eso es lo que han dicho y lo que he creído toda la vida. Así que dejo a su criterio si dan por cierto lo que digo o no.


Estados Inapropiados.

El cuerpo está acomodado dentro del ataúd, mientras los demás permanecen sentados en el comedor. Han dejado de prestar atención a los sentimientos que un momento como este suele ocasionar, lo que puede hacer creer a cualquiera que no pertenezca al grupo que se halla entre sujetos indolentes (en el sentido común de la imagen, pues no es algo normal, más aún en una cultura como la nuestra)
No se ha preparado nada especial para comer, simplemente se ha seguido la rutina de la dieta diaria. Como es jueves, se ha hecho pollo con papas guisadas, arroz, un poco de ensalada y jugo, algo sencillo. Lo que llama la atención que alguien tenga apetito en momentos en que ha fallecido un ser cercano. Es más, ni siquiera la palabra comida debería asomase por la ventana de las necesidades fisiológicas de esas personas. Por esto pretenderemos que estamos entre sujetos a los que un muerto (o una muerta en este caso) no es razón suficiente para hacer que se pierda el sagrado rito de la comida a las doce y media del día en curso.

Autoreflexivo

La muerte: La Real Academia de la Lengua Española, décimo novena edición, 1970, la muestra de nueve formas, que son: Muerte. (Del lat. Mors, mortis.) f. cesación o término de vida. // 2. Separación del cuerpo y del alma, que es uno de los cuatro novísimos o postrimerías del hombre. // 3. muerte que se causa a otra persona de manera injustificada y con violencia. // 4. Figura del esqueleto humano como símbolo de la muerte. Se suele llevar una guadaña. // 5. V. articulo de la muerte. // 6. V. cerdo de muerte. //7. fig. y desus. Afecto o pasión violenta que inmuta gravemente o parece que pone en peligro de morir, por no poderse tolerar. MUERTE de risa, de amor. // 8. fig. Destrucción, aniquilamiento, ruina. La muerte de un imperio. // 9. fig. V. herradura, hilo de la muerte.
También encontramos definiciones como la muerte civil, la chiquita, natural, la muerte pelada, senil, violenta, la buena muerte, acusar a muerte…
Pero la desilusión llega cuando no la define como un acto de sabiduría, algo al estilo socrático: su muerte como la última enseñanza. La muerte como máxima figura de la inteligencia y sabiduría, una lastima, no hay definición.
Sin embargo, si podemos encontrar la definición (o el sentido que cada quien le da) en distintos libros en los que igualmente se trata del tema. Aunque qué tema puede ser la muerte ¿a quién se le ocurre tratar la muerte en un libro? ¿Y siendo así cómo hablaría de ella? Podemos intentar escribir una definición, hablar sobre el antes y el después (el antes sería la vida, así que no encaja en discusión) cómo evitarla, cuando ha de llegar y todo lo que se nos ocurra. Pero no se escribe (o se escribe muy poco) sobre la muerte misma. ¿Alguna vez se alguien se ha preguntado de qué está hecha la muerte? ¿El por qué y el para qué de la misma? Los cristianos hablan de ella como un castigo hacia los hombres por el pecado ocasionado por nuestro primer padre, pero otros como los musulmanes ni siquiera creen en el pecado original, ahora mucho menos en la muerte como castigo.Igualmente, se puede ver la muerte como un imaginario colectivo con sentido y forma que cada comunidad cultural le da. Entonces la muerte pasa a ser un sujeto con singularidad propia según se vea en los distintos pueblos. Pero esa singularidad no la define como tal en su propia esencia. Hasta gramaticalmente. Se habla de La muerte, sentido estrictamente femenino, sin saber su verdadero genero. Por qué no llamarla el muerte o simplemente muerte sin artículos de ninguna índole, simple, sin explicación alguna: Muerte. Porque darle un sexo sería una falta grave. Decir que es de orden femenino significaría que existe otro semejante de orden masculino, que se uniría a su otra parte para engendrar productos miniatura, que se catalogarían como sus hijos y se conformaría la familia. Lo que quiere decir que de forma similar existieron o existen otras muertes, los padres de la muerte, los suegros por ley del muerte.

miércoles, 23 de julio de 2008